¿Ya leíste la parte 1? Es mejor que la leas antes de seguir.

Más allá de las personas.

En la primera parte traté de dar una idea clara de qué significa para mi la humildad, no basado en mi mera opinión, sino más bien tratando de enriquecer un poco más la idea general que de esta se tiene, para mostrar luego como muchas veces en las cocinas las personas muestran cosas contrarias a esta virtud que normalmente pedimos a todos los demás, y en particular a aquellos que consideramos exageran respecto a sus propias capacidades. En esta parte voy a tratar de extender esa idea, ya no a las personas propiamente sino, si es que eso tiene algún sentido, al concepto y percepción que se tiene dentro del gremio gastronómico de la propia profesión.

Para empezar vale recordar lo dicho antes respecto a la imagen que encabeza este escrito, y es que todo ese texto funciona perfectamente para cualquier otro tipo de profesión, y no solamente tendría sentido para los que ejerzan dicha profesión, sino para los demás (Si yo como cocinero veo que en el texto, en vez de cocinero, hablan de soldados, o médicos, o qué se yo) probablemente no le vería ninguna incoherencia, y en algunas profesiones incluso, calaría mucho más que en la de cocinero, para la que parece fue pensada.

No estoy diciendo que la cocina no sea todo eso, y para mi no tiene nada malo, hasta:

“Por eso cuando veas a algún cocinero, APLAUDELO, por que para estar ahí, su sacrificio es tres veces más del que tú piensas”

¿Desde cuanto nos volvimos la carrera “mártir”?; ¿Será que un soldado, en plena guerra, o un médico con turnos en plena navidad, o un guardia de seguridad en plena media noche, no se sacrifican igual o incluso más que un cocinero? Yo creo que no. Además, y lo recalque antes pero no voy a ahondar en eso aquí; nuestra profesión tiene menor valor social en cuanto al sacrificio que algunas de las profesiones ya mencionadas ¿Por qué un cocinero se sacrifica cocinando un fin de año en un hotel? No creo que sea precisamente para hacer un mundo mejor, más seguro, o menos violento. Si estamos en el trabajo soñado, con gran paga en un hotel o crucero de lujo, estamos “sacrificándonos” para que otros puedan vivir tranquilas sus fiestas, y no por que no pudieran si no estábamos allí, sino por que tienen como pagarlo ¿No?. Esto lo recalco solamente para no olvidar en qué parte se encuentra la cocina como profesión y por qué para mi, no se puede llegar al punto de “martirizarnos”. Y pensar que nuestro sacrificio merece algún reconocimiento, y además ese tema lo dejaré para algún otro post.

Ahora, en esta parte ¿No es esta exageración (eso de aplaudir por el sacrificio) una muestra de falsa modestia? Es decir, aceptamos que nuestro trabajo conlleva un gran sacrificio personal, como todos, pero lo extrapolamos aún más allá, fanfarroneando de este y pretendiendo que sea visto de manera especial por los demás ¿Para qué queremos un aplauso? Una vez más ¿Dónde está la humildad que tanto pedimos entre los cocineros? Ciertamente no en los aplausos que esperamos por hacer los que decidimos hacer, por voluntad propia, y conscientes desde siempre de que así era, ni mucho menos en esa vanagloria por eso mismo.

La humildad no consiste en esperar nada de los demás, es más, la humildad no puede venir de los demás más que como , tal vez, una enseñanza, pero como dije en la primera parte al inicio, esta es una auto valoración, y sobretodo una autovaloración que se supone coherente con el conocimiento que se tiene de sí mismo, en este caso, los cocineros son humildes profesionalmente en la medida que acepten el verdadero rol y lugar en el mundo de su profesión, tanto a nivel general, como en el día a día particular. Ya lo dije antes cuando trataba de explicar por qué la cocina y la gastronomía no son un arte, ni mucho menos una ciencia, y es que la humildad se logra dándole a nuestro quehacer su lugar, sin menospreciarla (como los que dicen que es como cocinar en la casa con mamá, o que es “mantequear”, o son solo recetas), ni mucho menos sobrevalorandola a tal punto de pensarnos los mejores por que trabajamos 12 horas de pie, y el trabajo de un diseñador, o de un mesero, o un cajero es menos (En serio, ha habido discusiones sobre eso, y creen que por que el tipo no trabaja de pie, o no se está quemando o cortando, es un vago). Todas las profesiones tienen sus pros y sus contras, y solo en la medida que entendamos eso, podremos realmente ser humildes, ya sea como cocineros, o como seres humanos.